Este blog funciona mejor con
Google Chrome

25 sept 2021

La vida [Parte I] ~ Eclesiastés ~

 


 La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora.

Hevel:  Vapor de humo. Describe la vida como algo: Temporal o pasajero. Como un soplo de humo. Enigma o paradoja.

♦ Las personas no siempre obtienen lo que merecen ,

♦ El mundo es injusto.

♦ La vida es impredecible y difícil de entender.

♦ ¿Es Dios sabio y justo?

♣ Todo lo que sea acumulación de bienes bajo el sol, tener sueños terrenales y procurarse un futuro en esta vida es HEVEL. Es como perseguir al viento y querer atraparlo. De nada nos sirve pues, al final, todos moriremos y nada nos llevaremos. 


La vida:

La vida del hombre es efímera y pasajera. Nada cambia nunca: Nacemos y morimos; inventamos cosas; levantamos y destruimos naciones... pero si escalas una montaña, a esta no le importará. La montaña estuvo mucho antes que tú y cuando mueres, esta seguirá por mucho más tiempo y será recordada. Cuando pasen 100 años, ¿quién te recordará? Pero la montaña seguirá ahí y el sol seguirá saliendo.

¿De qué sirven los afanes del trabajo? Perseguir tus logros y tus metas son hevel, no tienes control de nada de lo que pasa y todo se te puede ser arrebatado sin que menos lo esperes o puedas hacer algo.

Lo que está mal no puede corregirse.

Lo que se ha perdido no puede recuperarse.

 Tantas preguntas sin respuesta, tantas logros y avances conseguidos en tu día a día y aún así no eres feliz, pero ¿cómo y cuándo podrías serlo si la insatisfacción del hombre siempre exige el querer más? Seré feliz cuando consiga ese puesto de trabajo; tenga una casa más grande; consiga bajar de peso o tener una vida más ordenada. Todo eso es hevel. La insatisfacción del hombre no puede ser saciada materialmente, porque todo lo material es destructible. ¿Pondrías tu felicidad, tan preciada, y que tanto te ha costado llegar a ella para que un huracán se lo lleve? ¿Un incendio? ¿Una enfermedad?

¡Obtengamos pues más sabiduría y conocimiento! También sería hevel, estaría, una vez más, persiguiendo al viento.

Cuanta más sabiduría tengo, mayor es mi desconsuelo;
    aumentar el conocimiento solo trae más dolor.

He descubierto que, cuando más sé, más sufro y más dificultades adquiero. Me doy cuenta de cómo debieran ser las cosas y no lo son, más imperfecciones veo en lo que me rodea. La maldad se hace más evidente y la frustración llega como un torrente de tristeza al no hallar un por qué que dé respuestas satisfactorias. La mente humana es tan limitada y carece de una eterna y completa perspectiva, además de no poder dar una solución objetiva.

¿No sería mejor abandonarse a la necedad y vivir feliz en la ignorancia? ¿No tienen acaso el sabio y el necio el mismo destino? Ambos mueren al final.

Así que me dije: «Ya que voy a terminar igual que el necio, ¿de qué vale toda mi sabiduría? ¡Nada de eso tiene sentido!». Pues tanto el sabio como el necio van a morir. Al sabio no se le recordará más que al necio. En los días futuros, ambos serán olvidados.


Los placeres:

¿Qué haremos pues? ¿Amargarnos porque somos mortales y ni el trabajo ni el conocimiento nos da satisfacción? ¡Busquemos el placer! las cosas buenas de la vida, por lo que decimos merece la pena vivir. Sigamos realizando la experimentación de lo que le da sentido a la vida.

Después de pensarlo bien, decidí alegrarme con vino. Y mientras seguía buscando sabiduría, me aferré a la insensatez. Así traté de experimentar la única felicidad que la mayoría de la gente encuentra en su corto paso por este mundo.

Voy a comprar todo cuanto esté en mis posibilidades para ser feliz  y me voy a deleitar en todo ello. Voy a trabajar y disfrutar de la recompensa de mi salario para seguir consiguiendo todo por cuanto he soñado siempre. Aun los más ricos del mundo que todo lo que han querido, lo han adquirido, no se han negado ningún placer y disfrutaron de la recompensa de su gran labor no hallaron felicidad. ¿Cuál es la motivación de todo lo que hacemos?  ¿Qué pusimos de base para intentar darle sentido a la vida? El sentimiento de satisfacción es algo temporal. ¿Edificamos nuestra vida sobre metas que perecen?

Pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido; era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte.

Adquirir satisfacción personal es algo efímero y vacío. Solo nosotros la podemos disfrutar y estaremos, constantemente, buscando hacer una cosa tras otra para seguir saboreando ese momentáneo sentimiento. Estudiosos de todos los tiempos confirman esto. Personas tan admiradas como Freud ya lo decía y comprobaba en sus estudios, que el hombre se satisface de algo y luego ¿qué pasa? tiene que buscar otra cosa y luego otra... Freud sabía que tenemos un vacío para ser llenado, pero nunca supo cómo, porque nunca tomó en cuenta el alimento del espíritu.

El trabajo:

Llegué a odiar todo el trabajo que hice en este mundo porque tengo que dejarles a otros lo que yo he ganado. ¿Y quién sabe si mis sucesores serán sabios o necios? Sin embargo, ellos se van a apoderar de todo lo que yo he adquirido bajo el sol a través de mi destreza y esfuerzo. ¡Qué absurdo!

¡Qué grande tragedia! Algo que vivimos con frecuencia, sino en nuestras carnes, en personas conocidas. 40 o 50 años trabajando o investigando con sabiduría, presteza y conocimiento para luego pasarle tu trabajo a otro que no se lo ha trabajado. Todo el fruto de tu trabajo pasa a manos de otra persona, una persona que no sufrió tu esfuerzo, ¿es eso justo? ¿Dé sirve todo ese esfuerzo de tantísimos años y sacrificio y todo lo conseguido con la recompensa del sudor de tu frente para morir y, no solo no llevarte nada contigo, sino que tienes que dárselo a otra persona? Y si no lo das, ten por seguro que alguien se lo quedará cuando tú ya no estés para reclamarlo.

Sus días de trabajo están llenos de dolor y angustia, ni siquiera de noche pueden descansar la mente. Nada tiene sentido.

Trabajas arduamente para adquirir más dinero y más posesiones, pero nada es duradero bajo el sol. ¿Y si la persona a la que pasas el fruto de tu trabajo no lo cuida como tú y lo echa todo a perder? ¿Para qué trabajas tanto? ¿Solo para no morirte de hambre y pagar facturas? Hay mucho dolor y tristeza en trabajar tanto cuando lo haces para gloriarte tú mismo y tu satisfacción personal.

La vida es un regalo de Dios y bajo su dirección es que encontramos respuestas, satisfacción y gozo permanente.

Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios. Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

*O* Por favor... lee bien la entrada antes de postear.
♥ Gracias ♥

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...