¿A quién le gusta pasar por pruebas en la vida? ¿A quién le gustó alguna vez los exámenes del colegio? Como ya comenté, en la escuela del Espíritu Santo, también hay exámenes. Por supuesto que no todo son pruebas en la vida. A veces vienen circunstancias, otras son el resultado de nuestras decisiones; otras el resultado indirecto de las decisiones de una persona cercana a ti (lo que llamamos "el que nos salpique los problemas del otro") Sea como fuera, las dificultades vienen en la vida y lo que es seguro es que, antes de ponernos a temblar, hay que recordar que Dios ya sabía de ese momento que iba a llegar y que está todo bajo control. Te llegó de sorpresa a ti, pero no a él.
Cómo dijimos, cuando comienzas a estudiar algo que le pediste a Dios que cambie de ti o que te añade o modifique para parecerte más a él, primero viene la teoría y luego viene la práctica. Dios te pone en situaciones para poner en práctica lo que aprendiste, como buen Maestro, el está mirando a ver cómo te desenvuelves por si tiene que echarte una mano al ver que la cosa se te descontrola.
¿Tomarnos por sorpresa? Sí.
¿Revelan nuestro temor, ansiedad, enojo y autocompasión? Sin duda.
¿Traen tristeza y dolor? Absolutamente.
Las pruebas hacen muchas cosas, pero ¿qué bien traen a nuestras vidas?