La inteligencia de Dios (y el marido) ¡Justo a tiempo!

A mi marido y a mí nos gusta pasarnos las horas y los días, muchos de nuestros fines de semana que es cuando más tiempo tenemos de estar juntos, hablando de las cosas buenas de nuestra juventud allá en los 80's y 90's (aunque yo solo recuerdo los 90's, aunque nací en los 80's, pero él recuerda más cosas ya que nació antes)

Nos encontrábamos filosofeando un poco acerca de las muchas cosas que recordábamos de antaño de películas, videojuegos, libros, nombres de actores y directores. Anuncios de televisión o programas. Siempre acabábamos diciéndonos: "Es que fue el momento perfecto"

Esto pasaba en una época donde habían pocos canales de televisión, pocas eran las marcas famosas de productos que dominaban el sistema. Los actores y directores parecían bien pocos, porque casi siempre estaban los mismos en todas las películas que veíamos. Los anuncios no eran tan diversos y se repetían muchas veces en poco tiempo. Al final, todos en la casa conocíamos la canción de Los Conguitos, sabíamos perfectamente quién era Steven Spielberg y pocas serían las casas que en no sonase alguna vez Mocedades, Nino bravo, Antonio Machín o Mecano. Parece que al haber poco de todo, se repetía tanto que todos nos conocíamos las cosas. Yo recuerdo en navidades, la de veces que podían poner en los anuncios de la tele la canción de Las muñecas de Famosa. ¡Pareciera que no hubiesen más muñecas en el mundo! y ahora hay tantísima variedad que la gente no acaba por recordar  nada que perdure más de un año.

"Fue el momento justo" Nos decíamos. Por tres generaciones en las casas sabíamos del Juego de la Oca o de la serie de Médico de familia, así como la de Farmacia de Guardia. Series que se siguen recordando a día de hoy. Ahora hay tantísimas series... que los grupos son mucho más pequeños los que recuerdan sus series favoritas. Muy pocos son los que me podrán reconocer que conocen la serie de Las Bucaneras. ¿Cuántos habéis oído hablar de la cantante Kari Jobe?  No... Ahora hay mucho de todo y en abundancia, para todos los grupos y géneros y especialides... Ya no repiten las películas en la televisión hasta la saciedad como antes, que si no te gustaba, te acababa por gustar solo porque la ponían en la programación 15 veces al mes. Yo recuerdo haber visto muchas veces (a cachos, porque nunca la pillaba a tiempo) Pesadilla antes de Navidad o Dentro del laberinto. Esto ya no pasa.

Me encontraba pensando en estos momentos perfectos cuando pensé en la época de Jesús y pensé: ¡Wow! En qué perfecto momento vino el Hijo de Dios a la tierra. Pensando y cavilando y buscando en Internet por más ejemplos de que los ya tenía en la cabeza, solo podía maravillarme de la inteligencia de mi Dios. Todo lo tenía bien calculado, planeado, detallado. No hay piedra en el camino que él no haya puesto perfectamente en su lugar, ni árbol que estorbe en el campo. No sobran especies de animales y nunca faltó espacio para vivir. Nada le pilló de sorpresa y todo lo que iba a ocurrir, él ya lo sabía.

1- Pudiéramos pensar que, después de pecar Adán y Eva contra Dios, Jesús podría haber venido inmediatamente para deshacer nuestro error, pero no. Jesús tuvo que esperar pacientemente miles de años para que el ser humano comprendiese bien el error que había cometido. Con el paso de los años, la destrucción que nos estábamos haciendo, el daño que nos estábamos provocando los unos a los otros, homicidios, robos, violaciones... El ser humano tenía que entender la profundidad de nuestro pecado contra Dios al desobedecerle, así entenderíamos bien el rescate que Jesús vino a hacer. Esto me recuerda al "¡Niño! Si no quieres estudiar te vas a trabajar, que te vas a dar cuenta de lo que cuesta pagar las facturas" Desafortunadamente, el ser humano aprende mucho más, y más rápido, cuando le hieren o ve el dolor en una persona querida.

2- La primera globalización se vivió en el tiempo de los romanos, en esa época se rompieron muchas barreras culturales, de idiomas. Si Jesús hubiera llegado antes, habría sido difícil para los apóstoles extender el evangelio de Dios con rapidez. Fue el tiempo perfecto para que la noticia del evangelio fuera esparcida por los apóstoles con velocidad alrededor de todo el dominio del imperio romano (Asia, Africa, Europa).

3- Dios esperó tanto tiempo, para que nosotros pudiéramos entender quién era Jesús. La Biblia describe muchas característica de Jesús: Él es sumo sacerdote, Él es Rey... pero ¿cómo podríamos entender qué es un rey sino hubiéramos vivido la época de los reyes?. Todos los acontecimientos que ocurrieron antes de Jesús fueron tipologías o figuras para que nuestra concepción o imagen acerca de Cristo no fuera pequeña, sino más bien una buena referencia para entender la persona de Cristo. Siempre hemos entendido que todo lo que ocurre en el Antiguo Testamento es la sombra de lo que acontecería después. Gracias a esto, entendemos mejor quién es Jesús.

4- Dios sabe nuestra tendencia a crear ídolos constantemente. Y si estás pensando en las estatuas de la Semana Santa, yo voy mucho más allá. De cuando idealizamos a nuestros maridos, hijos, cantantes, actores o incluso cuando guardamos con un celo irracional objetos que nos ligan sentimentalmente al punto de que, si se rompieran o perdiesen, podríamos tener algún ataque de ansiedad. Dios sabía que al venir a esta época, no harían un retrato de él, porque sería despreciado. ¿Quién querría pintarle en un cuadro? No era importante, no venía de una familia de alta alcurnia. Solo estorbaba, enfadaba a los líderes religiosos y parecía burlarse de muchos. Dios sigue siendo, a día de hoy, El Dios invisible del que habla la Biblia y al cual adoramos por fe. Estoy segura de mí misma de que, si hubieran hecho un cuadro de la imagen de Jesús, las personas adorarían al cuadro, como a las estatuas y seguirían sin adorar a ese Dios invisible. Nuestra tendencia por adorar lo visible y palpable nos limita y no nos deja ver más allá.

Este es mi Dios perfecto e inteligente.