Mujercitas.... un paso por el tiempo.

 

Hay películas que arrastramos con los años y si estos pasan y te siguen gustando, entonces puede ser que como a mi te pase, las empieces a ver con distintos ojos, a valorar otras cosas, a apreciar ciertos momentos que antes no veías. Las percepciones de las cosas que nos gustan cambian cuando las observamos a través del prisma de nuestra edad y experiencia.

La película está cargada de mensajes morales que ya no veremos más hoy día. En el mundo al revés donde lo que antes era malo, ahora es bueno y vicersa, observamos como la familia March se ayuda incesantemente. Las hijas gastan de sus pocos ahorros en su madre, dan su desayuno al que todavía tiene menos que ellas, las quejas de ser pobre son mínimas. Tienen una tía rica que no verás que se estén aprovechando de ella para sacarle dinero y muchas cosas más. En general, todo parece apuntar a ser una película romántica, una pena que se hayan dejado tantas y tantas cosas del libro, de no ser así, no nos dejaría esta sensación tan sentimental.

A Mujercitas (Little Women 1949) le dediqué un artículo parala película y dos para el libro y ahora voy a escribir otro, porque esta, como tantas, es una película que ahora veo con ojos renovados. Ahora la veo con los ojos de una mujer más adulta, con nuevas experiencias adquiridas, con una forma de pensar modelada a mis ideales, sueños y deseos. No voy a mencionar al libro porque, la verdad, esta adaptación es bastante pobre ahora que me estoy releyendo el libro, estoy recordando lo escasa que es esta adaptación, pero me crié con ella y tengo los ojos dulcificados. Además, es mejor hacer este artículo antes de acabar el libro, porque tengo la indudable sensación de que si lo hiciese al revés, de este artículo no saldrían tantos corazones...

¿Todo ahora lo veo distinto? No, hay escenas que sigo viendo igual, con el mismo sentimiento, puede que un poco más intenso con los años, pero con la misma esencia. No hay momentos que me disgusten ni antes ni ahora, pero si veo cosas nuevas.

Esta versión, es la que más me gusta de todas las que he visto (y no las he visto todas) pero ya hay cierto melancolísmo en ella cuando vas creciendo y pasando por todas las etapas de tu vida con la misma versión. Ya, como que no te apetece ligarte a otra versión. Ni siquiera por curiosidad. Mujercitas de 1949, lejos de ser la película perfecta, es una película que hoy vi y cosas nuevas encontré.

¿Sigue siendo Jo March mi personaje favorito en esta película? Antes la admiraba muchísimo por sus fortalezas y engrandecía su vanidad. Puede que mis ojos de antes fueran la de una muchacha que necesitaba más valor y empuje y esta Jo me hiciera querer ser como ella. ¿Hoy? Hoy vi a una joven muy impetuosa, vanidosa, con muchos defectos. No solo vi su potencial, vi su humanidad también, sus límites, sus fallos, sus decepciones. He sabido apreciar más la evolución del personaje, desde su egoísmo, ideales y ser impetuoso, a salir de su zona de confort, romperse la burbuja en la que se creía que estaría por siempre y comenzar a madurar.

Me sigue gustando mucho de ella lo fiel que es a sus  pensamientos, sentimientos, principios y valores. Es firme y no cede en ellos. Podría haberse podida casar con Lauren, ser la mujer rica que toda mujer en la época querría ser. Podría haber dejado de escribir y acomodarse a una vida donde lo tendría todo y ayudar a su familia a salir de la pobreza, pero no Jo March. Jo no amaba a Lauren y no cedió a su propuesta. Jo es idealista y romántica, aunque no le gustase mucho la feminidad de la época (por todos los obstáculos que la oprimían), nunca se casaría sin amor de por medio, no es nada sentimental al principio y nunca estaría con alguien que odiase su amor por la escritura.

Creo que está bien marcada en la película, en el personaje de Josephine March, su adolescencia libre, salvaje, sin ataduras, siendo honesta todo el tiempo y diciendo lo que piensa con la boca bien abierta sin arrepentimientos, creyendo que todo lo que piensa es cierto y certero. Una adolescencia marcada por la felicidad de estar con toda su familia junta, haciendo lo que más amaba, leyendo, escribiendo y escribiendo para sus hermanas. Su mayor sueño era que su nido nunca se quedase vacío y publicar sus libros para traer dinero a casa. La llegada de Lauren marcó un antes y un después que Jo no vendría a saber hasta más adelante, hasta ver como John Brook se metía cada vez más en su casa en busca de una de sus hermanas.

Ahí fue cuando Jo empezó a sentir amenazada la ensoñación en la que vivía y empezó a temer que sus vidas cambiarían. Esto provocó la segunda parte, la parte en la que le explotaban la burbuja en la que creía vivir y se encontró a si misma perdida en un mundo que no había ni explorado en sueños Tal era la seguridad en ella, de que todas vivirían siempre juntas e igual que no concebía lo que estaba sucediendo en la vida de su hermana Meg. A Jo la sacan de su zona de confort y le toca averiguar hacia donde quiere que vaya su vida. Esto le va a llevar tiempo, se va a encontrar en el camino con muchas cosas nuevas que no había vivido antes. La desaparición de Meg de la familia como miembro que habitaba bajo su mismo techo, la declaración de Lauren, el marcharse a New York en busca de nuevas experiencias para mejorar sus habilidades como escritora, la desaparición de Lauren como mejor amigo... Jo no lo sabía, pero como todos, iba en camino de la madurez.

La última parte que vemos de Jo en la película, es una Jo que ha sufrido una evolución que la preparó para la muerte más dolorosa hasta ese momento vivida en su corta vida. Jo no parece muy diferente a la Jo de su adolescencia. El personaje parece seguir manteniendo fuertes semejanzas consigo misma.  Sigue siendo una mujer de fuertes convicciones y con gran determinación y cuando se decide por algo, lo hace y antepone a su familia a todo, aún cuando cree que podría estar enamorándose y la decisión conllevaría el alejarse de ese hombre, la familia siempre fue y ha sido, la prioridad en su vida. Pero la vemos más calmada, sin el fuego de la adolescencia. Más centrada y sentada.

Parece una Jo pulida por las experiencias de la vida y sus ímpetus están más controlados, parece que se piensa un poco más las cosas antes de tomar las decisiones, se la ve más tranquila, ya no parece que la fuésemos a ver, otra vez, trotando por la carretera con la melena al viento. Sigue siendo honesta, pero menos bruta al hablar. Ha aprendido a ponerse la máscara de la hipocresía de la adultez, cuando en su adolescencia no se esmeraba en enmascarar sus sentimientos.

Pero lo que no puede olvidar, lo que en su rostro no puede ocultar y que se seguirá reflejando, es el dolor de la desaparición de su adorada familia y, como con el tiempo, todos se han esparcido dejándola a ella sola, a ella, que tanto quería que todos estuvieran juntos todo el tiempo. Pero con dos hermanas casadas y una en el cielo, la casa ya nunca volvería a ser lo que fue y ella tampoco. Los tiempos donde todo parecía perfecto, no volverían nunca más y en su soledad, Jo solo piensa en volver atrás en el tiempo.

El romance de Jo me parece precioso. Me hace pensar en una poesía. Bien sea por el ambiente de la época, bien sea por como ellos se comportan. Me gusta, me hubiera gustado ser esa Jo March. Un romance sin besos, con palabras disfrazadas y miradas llenas de ilusión. Nada parece precipitado, sino casual y ella no pone impedimentos, como lo hacía con Lauren. Se ve a una Jo que ha aprendido a sujetar sus emociones y a un hombre que la comprende y que la quiere seguir animando a escribir y dar lo mejor de ella.

Todo lo que le sucede, la anima y empuja a convertirse en una mujer con nuevas experiencias, pensamientos y todo junto provocó que pudiera escribir su libro. El mejor hasta ahora.