Este blog funciona mejor con
Google Chrome

12 dic 2021

La Escuela del Espíritu Santo [Somos árboles, no leones]

 


¿Jugaste, como yo, alguna vez al ''¿qué animal eres tú''? Cuando somos pequeños y el mundo tanto nos impresiona, no era de extrañar que todos cogiésemos animales como los leones, tigres y panteras (¡Dios mío!) Todos nos sentíamos feroces y valientes cuando nos enmascarábamos con este tipo de animales. Una vez llegamos a la tonta adolescencia, entonces queremos impresionar siendo diferentes y cool. Muchos querían ser águilas, nutrias o ballenas, menos las chicas que solíamos escoger a los gatitos.

Pero. ¿y si te dijera que somos árboles? Bueno, no literalmente, pero mira lo que dice la Biblia al respecto de esta metáfora.


 Estoy estudiando el libro de Gálatas y estoy siguiendo al estudio que hizo Majo Solís, me gusta su sencillez, sus ejemplos, experiencias y como Dios le habla de manera tan asombrosa. Aquí, en el vídeo que dejo linkeado aquí podéis ver más extensamente la explicación mientras lees Gálatas 5:22, el fruto del Espíritu. Aquí, ella expone muy bien todo lo que voy a explicar.

¿A quién no le gusta los leones? Son hermosos, impresionan, su rugir te hace temblar... Representamos a Dios como el León de Judá y él es el único que debería ser León en este lugar. No somos llamados a ser leones feroces, intimidantes, mordiendo a los que tenemos alrededor de nosotros porque estaríamos actuando en la carne. Lee todo el pasaje de Gálatas 5:16-26 para entender mejor porque un poco más arriba, en Gálatas 5: 15 es lo que haríamos si fuésemos leones: pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros. Creo que no es el mejor ejemplo que uno busca dar ni la mejor impresión si actuamos de esta manera ¿cierto?


Sin embargo, la sociedad
busca captar nuestra atención actuando de esta manera, como la mejor postura para afrontar la vida. Tienes que devorar al que tienes al lado para ser superior, tienes que morder si quieres sobrevivir; ruge fuerte para que todos sepan que fuiste tú y no otro, para que no te roben la gloria...  ¡Tengamos cuidado! Cuando todos actuamos así, corremos el riesgo de destruirnos los unos a los otros.

Jesús siempre compara, en los evangelios, al reino de Dios con una semilla, una perla, un grano de mostaza, una red, como los niños, la levadura... pero no como fieros leones, ni tigres, ni panteras.  

Aquí sabemos que, en la Escuela del Espíritu Santo, las enseñanzas son para actuar conforme al Espíritu dejando a un lado nuestra carnalidad y su esclavitud La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones (Gálatas 5:17)

Un árbol es dependiente, echa raíces y se establece en un lugar. Su alimento son los nutrientes del suelo y no devorar a otros animales. Se alimenta de la tierra y de la luz (Cristo). Un león (por ejemplo) impresiona durante un corto espacio de tiempo, un árbol puede durar siglos y seguir siendo admirable, así como nuestra carne dura unos años, el espíritu vivificado es eterno y lo más importante, algo muy asociado a nuestro día a día, un león solo va a alimentar a otros cuando muere. Solo sirve a otros cuando muere, como el ciclo de la vida que ya todos conocemos. Así pues, solo cuando tu carne muere, es que vas a servir a los demás y esto es algo diario, porque diariamente querrá nuestra carne (nuestro Yo) servirse y proveerse así mismo, buscando su satisfacción y deleite. Recuerda: Somos llamados a servir, no a que nos sirvan. A lavar pies.


Cristo viene buscando a un gran bosque. Árboles arraigados y cimentados en su amor. Árboles que crecen y dan fruto para alimentar a otros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

*O* Por favor... lee bien la entrada antes de postear.
♥ Gracias ♥

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...