La vida [Parte II] ~ Eclesiastés ~

La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora.

Hevel:  Vapor de humo. Describe la vida como algo: Temporal o pasajero. Como un soplo de humo. Enigma o paradoja.

 Las personas no siempre obtienen lo que merecen ,

 El mundo es injusto.

 La vida es impredecible y difícil de entender.

 ¿Es Dios sabio y justo?

 Todo lo que sea acumulación de bienes bajo el sol, tener sueños terrenales y procurarse un futuro en esta vida es HEVEL. Es como perseguir al viento y querer atraparlo. De nada nos sirve pues, al final, todos moriremos y nada nos llevaremos. 

 

La vida puede parecer muy deprimente muchas veces cuando enfocamos la mirada en los problemas. Cuando adquiriendo sabiduría y conocimiento la maldad y las imperfecciones, que parecen gobernar nuestro mundo, se hacen visibles. Es terrible darse cuenta de:

*Hay maldad y corrupción en los tribunales de justicia, donde debería de haber justicia.

*El ser humano, creado a la imagen de Dios, muere tal y como todos los animales. No tenemos ventaja sobre ellos.

*Nadie consuela a los oprimidos, los opresores tienen mucho poder y las víctimas están indefensas.

*Muchas personas son motivadas por la envidia y alcanzan el éxito solo porque vieron exitosos a sus vecinos, pero no consiguieron llenar el vacío de sus corazones.

*Hay gente que está sola y se pregunta ¿para quién trabajo y acumulo riquezas sin hijos, ni hermanos...?

*La honra que se recibe a causa de los logros es efímera. Llega tu fama hoy y mañana puede ser, perfectamente, reemplazado por otro.

 

Todos los seres humanos pasamos por lo mismo a lo largo de nuestra corta vida. No hay nadie quién no haya sido engañado, abusado, utilizado, víctima de la maldad de otro, ganado o perdido... solo nos diferencia  la intensidad con la que hemos vivido esas circunstancias. Pareciera que hubiera más cosas malas en la vida que buenas, pero ¿dónde está enfocada tu mirada?

Esto nos podría llevar a una filosofía de vida fatalista con pensamientos del tipo: La vida viene como viene y hay que aceptarla. O ¿nunca escuchaste a nadie decir: no vale la pena preocuparse, lo que tiene que venir vendrá y si llega la hora de irme, pues me iré.

Si crees en un Todopoderoso Dios, no puedes tener esa filosofía de vida, estarías negando la misericordia y a la gracia de Dios. Estarías admitiendo que todo está escrito y establecido y que nada puede ser cambiado. Estarías lanzando el mensaje de que Dios ni escucha ni contesta nuestras oraciones y que no puede cambiar nuestras circunstancias.

Sé que es difícil confiar en las personas cuando nos hieren, pero no podemos tampoco vivir sin ellas. Somos, inherentemente, seres sociales y dependientes y nos necesitamos los unos a los otros. Somos más eficaces cuando estamos acompañados que cuando estamos solos.

Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.

Somos más felices con la compañía de los demás, hay más satisfacción al servir a los demás que trabajar para uno solo. El corazón se ensancha al dar a otros más que cuando recibe.

Todos los retos, metas y sueños que ponemos bajo el sol son como perseguir al viento. ¿De qué sirve llegar al puesto más alto de tu empresa? ¿Qué te genera eso sino más orgullo y avaricia? ¿Qué hay después de eso? Ya llegaste a tu meta máxima, ¿ahora qué? Cualquier fallo en la empresa que hagas no te harán bajar a un puesto anterior para que puedas volver a subir, te echarán completamente, tu lealtad a la empresa de nada te sirvió como garantía y ¿dónde estará entonces todo el esfuerzo que pusiste?

Si tu meta en la vida siempre fue tener novia, cuando la consigas querrás otra cosa, querrás casarte, querrás, luego de haber alcanzado lo anterior, tener hijos... eso tampoco llenará el vacío de tu corazón.

Si tu falta en tu infancia fue la escasez, pondrás todo tu esfuerzo en acumular para conseguir la mejor casa, el mejor coche, el mejor trabajo... así conseguirás que ya nadie más te mire por encima del hombre, pero cuidado, quizás ahora seas tú el que se estime muy alto y esté mirando por encima del hombro a otros.

¿Estás cumpliendo tus propias metas o lo que, indirectamente (a veces no tan indirectamente) la sociedad te empuja a hacer sin darte muchas más elecciones? Y si no sigues la corriente, serás un rechazado y un marginado y aunque tus metas sean otras, ¿qué fin tienen? ¿Solo el de disfrutar el tiempo que estemos aquí? ¿Y luego qué?  Hay demasiada maldad en el mundo y nuestras manos son cortas como para poder hacer mucho para cambiarlo. Mucha desesperanza y dolor cuando el ser humano no cumple con la ley. La rebeldía contra la ley puesta por Dios la llevamos dentro de forma innata. Nos rebelamos contra todo y contra todos los que quieran cortarnos las alas de la libertad, pero tampoco nos importa imponer nuestras propias normas.

Entonces me di cuenta de que no hay nada mejor para la gente que ser feliz con su trabajo. Ese es nuestro destino, y nadie nos puede traer de regreso para ver qué pasa después de que hayamos muerto.

Dios sembró la semilla de la eternidad en el corazón humano. El hombre y la mujer buscan algo más... lo terrenal y superficial no nos basta. Hay algo mucho más grande por encima de nuestras finitas y limitadas vidas. Dios tiene un plan que encaja con cada uno, perfectamente, un propósito que llena el vacío que sentimos. ¿Cómo no podría el creador de mi vida saber lo que me hace falta para ser feliz?

Es mejor ser un joven pobre pero sabio que ser un rey viejo y necio que rechaza todo consejo. Un joven así podría salir de la pobreza y triunfar. Hasta podría llegar a ser rey, aunque hubiera estado en la cárcel. Sin embargo, luego todo el mundo corre a aliarse con otro joven que lo reemplaza. Lo rodean innumerables multitudes, pero luego surge otra generación y lo rechaza a él también. Así que nada tiene sentido, es como perseguir el viento.

¿Qué hay de los que mucho tienen? No tienen escasez de dinero, ni de propiedades. Tienen todo cuanto pueden necesitar. Muchos hombres con riquezas y honores. Todos sus deseos hechos realidad, pero no tienen la capacidad de disfrutarlo ¡Qué tragedia! Ni aún con muchas riquezas pueden satisfacer el vacío que todo ser humano siente. Aún pueden tener muchos hijos, vivir cientos de años con avanzada medicina, pero al final, después de todo por lo que han trabajado y acumulado tendrían que morir, como todos. ¿De qué sirve vivir tanto si nada te puedes llevar?

Todo por lo que el hombre trabaja es material y físico, para alimentar al cuerpo, también. Nuestras bocas son saciadas, nuestros cuerpos encuentran satisfacción momentáneo, pero todo esto es efímero. Más que el cuerpo es el alma, pues allí está el vacío. El cuerpo se destruye, el alma no.

Por mucho tiempo ya, los enfados del hombre contra Aquel, que es más Poderoso que él, son muchos. El hombre sabe también que nada ha podido, nunca hacer, contra Dios, reconociendo así su poder.

El hombre no sabe cuál es el bien para su vida y pasa por ella como con prueba y error, intentando localizar lo que más se le adecua. Aquel que ya sabe todo de él, sí lo sabe.

En la brevedad de nuestra vida sin sentido, ¿quién conoce cómo pasar mejor nuestros días? Nuestra vida es como una sombra. ¿Quién sabe lo que sucederá en este mundo después de la muerte?

Solo aquél que de ella vino y se volvió a ir para prepararnos morada.