
La respuesta larga: Para conseguir caminar por los caminos que te propones, va a ser inevitable ver en tu mente un grande y luminoso cartel en todo tiempo que dice NO. ¿Qué es eso del NO? Significa que si sigues un camino cristiano tu ya NO podrás hacer esto, NO podrás ir a tal sitio, NO dirás ciertas palabras, NO, NO, NO, NO. Entonces sentirás que estás perdiendo tu vida por hacer la que Dios quiere. Déjame contarte una historia.
♣ Hubo una vez donde hombre y mujer vivían en completa armonía
con Dios sin separación alguna y entre ellos mismo. Dios creó todo lo que ellos podían ver para su
total disfrute de ellos. Podían ir a donde quisieran, hacer lo que les
placiese, porque el lugar que Dios les había preparado era para que hombre y
mujer disfrutasen al 99% de todo lo que les rodease. ¿Al 99%? Bueno, resulta
que había cierto árbol (el cuál no es un manzano) del que NO podían comer
porque ciertamente morirían. Ahí vemos un NO. Continuemos. Hombre y mujer
disfrutaban de un eterno paraíso soñado hoy por toda persona sin hacer cuentas
del árbol prohibido, porque era tanto de lo que estaban disfrutando que se les olvidó, hasta que un día vino una serpiente muy astuta que sabía
escoger muy bien sus palabras y que al verlos tan felices les dijo: “¡Ah! Que
Dios dice que NO podéis comer de ese árbol ¿verdad?” ♣
Cómo comprobarás, no está diciendo ninguna mentira, pero sí
que es una verdad muy sesgada porque ya que es solo un trozo de la verdad, lo
que está haciendo es manipular al hombre y a la mujer haciéndoles cambiar su
enfoque a otro muy limitado y pequeño. En vez de hablar la serpiente de la gran
generosidad de Dios al crear todo un paraíso para ellos, de lo grande y bueno
que ha sido Dios para con ellos, de las riquezas que hay en ese paraíso, la
serpiente los hace dudar y centrarse en la única cosa que Dios les pide que NO
pueden hacer y como niños grandes que parecemos siempre ser, queremos lo único
que se nos prohíbe. Se centraron tanto en el NO que eso les cegó de ver lo
demás y ya no pudieron ver la grandeza de Dios, ni el paraíso que había creado
para ellos, de la paz que residía siempre allí y de la magnífica convivencia
que tenían los tres. Y ahí fue cuando empezó la separación entre hombre y Dios,
mujer y Dios.
Aquí nos encontramos con que, lo mismo que las historias de
los buenos libros clásicos acerca de la sociedad que sirven siglo tras siglo,
la estrategia de la serpiente sigue siendo la misma a día de hoy porque cuando
oyes decir la frase “seguir a Jesús” o “ser cristiano” te viene a la mente el
gran cartel de neón de las Vegas gritándote un poderoso NO porque solo sabemos
ver lo que un cristiano NO puede hacer y nos olvidamos de lo que SI puede hacer
Dios y lo que pone a nuestro alcance. Y aquí es cuando volvemos al principio
del artículo para aclarar que sí, cuando sigues a Dios estás soltando, dejando
ir tu vida la cuál manejas tú, para dejar que Dios la tome y la dirija según su
voluntad y entonces esto deja de convertirse en una abnegación cuando nos separamos
del NO y comprendes todo lo que Dios te ofrece y todo el temor y las dudas
desaparecen. Por lo que es más valioso para mí lo que estoy ganando al lado de
Dios al ver todo lo que pone a mi alcance, de lo que me bendice y me disciplina
en su amor que lo pudiera estar perdiendo.
Por lo que déjame aclararte otra cosa que está en mente de
todos a los que la palabra NO les bloquea.


¡Es mentira que los cristianos no
nos divertimos! ¿Acaso no tenemos también sangre en las venas? Yo considero que
tengo una vida bastante divertida, lo que pasa es que no hago lo que todo el mundo
a dictado por norma lo que es llevar una “vida divertida” solo porque mi
disfrute no me consume, no me perjudica y me ayuda a vivir muchos años más. Ir
al cine, de cafés, vacaciones, campamentos, risas y más risas entre amigos. Si
lo único que no has visto aquí son las palabras ALCOHOL y DISCOTECAS te parece
entonces que soy una sosa, entonces el problema lo tienes tú porque yo no
necesito de esas cosas para llenar mi vida.
¡Es mentira que los cristianos no
disfrutamos de nuestra sexualidad! Lo que sucede es que la disfrutamos en su
correcto contexto con la profundidad y seriedad del compromiso matrimonial. A
mí personalmente no me gustó ni me gusta andar “probando” lo que tantas veces
ha sido ya probado y lo consideramos algo tan serio y exclusivo que no lo
tomamos a la ligera. Respeto mi cuerpo y solo lo doy dentro de un compromiso.
¡Es mentira que los cristianos no disfrutamos de la vida!
¿Por qué no íbamos a disfrutar de todo lo bueno que Dios ha creado? Pero no es
mi finalidad en la vida, no disfruto de los placeres como si fuera mi último
día. Lo hago con orden y mi mayor deseo es ofrecer lo que yo tengo que tanto me
alivia cada día y ayuda porque duele ver la desesperación en los ojos de las personas,
las heridas del almas o el daño que nos hacemos los unos a los otros.
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