Sake

Llevaba tiempo queriendo hacer un articulito sobre el Sake, este licor tan famoso y único de Japón y bueno, pese a lo vaguilla que estoy con el calor, me he puesto manos a la obra. Espero que os guste.

Sake: Alcohol de arroz fermentado. Bebida para ocasiones festivas, ceremonias religiosas, celebraciones del trabajo...

El sake es tan antiguo como las religiones primitivas asociadas al crecimiento del arroz. Se cree que su creación fue al norte, en un país donde el escritor Kawabata llama, el país de la nieve.

Atención xD se dice que los primeros campesinos que fermentaron el arroz para hacer el primer saque, masticándolo durante mucho tiempo y luego lo escupieron en tinajas de barro cocido.

En el Siglo III a.c. ya se utilizaba este alcohol como ofrenda a los dioses y dado su buen sabor (pese a que lo he probado y no pasé del primer sorbo) esta bebida se extendió a la corte imperial y los nobles. Y solo al llegar al 1300 fue cuando se extendió a toda la sociedad. Ya todos podrían disfrutar de este alcohol de arroz.

Aún con todo, sigue siendo la bebida de los dioses y aún en muchos templos hay largas hileras de tinajas de barro cocido, con kilos y kilos de sake como ofrenda.

Aquí la iglesia católica usa el vino, pues en Japón, el Sake sella y purifica la ceremonia del matrimonio, de acuerdo con los ritos Sintoistas. Los recién casados, beberán de una pequeña taza, el sake en tres sorbos. Tres. Este proceso se llama San San Kudo. "San" es el número 3. Tres veces tres.

Hay un grupo de gente con un paladar refinado, que de un sorbo de sake puede sacarle 5 cualidades a la bebida: Suavidad, acidez, intensidad, amargor y aspereza

Hay una leyenda que cuenta, que en una montañas vivía un monstruo de ocho cabezas que exigía cada años como tributo jóvenes muchachos y muchachas que se llevaba y nadie más los volvía a ver. La hija de un campesino que estaba en el último grupo del sacrificio, se llevó consigo 8 frascos de sake y cuando monstruo estaba a punto de devorarla, tiró un frasco a cada una de las 8 bocas de aquél ser y éste calló al suelo borracho de tanto alcohol. La muchacha le cortó las ocho cabezas y volvió a casa.