Este blog funciona mejor con
Google Chrome
27 jun 2014
De ranas....
¿Qué tiene Japón que no sea curioso en un ámbito u otro? Sea como fuere, vas allí y te dan ganas de arrancarte los ojos y lanzarlos a cada uno en sentido contrario para evitar el perderte ver lo menos posible todo lo bueno que hay para ver. ¿Qué te tenemos hoy? Nada más insólito que lo ya anunciado en este blog, pero sí curioso, ¡curiosísimo!
Vengo a hablarte de las Ranas. Las Señoras Ranas. ¡Sí, sí! Esas que provienen de cuentos como: El príncipe rana (y seguro que otros que ahora no recuerdo) Pues bien, no podía ser en otro sitio que no fuera en Japón donde hubiese un barrio dedicado a las ranas.
Se trata de la ciudad de Matsumoto. De entro sus muchos encantos turísticos, así como el Castillo, al que ya iré a ver iré, iré. Se titula Dori Nawate y es un barrio que está cerca de la entrada del Castillo. Es un barrio que a simple vista encuentras bares, supermercados, restaurantes, tiendas de antigüedades y demás. Un barrio pequeñito donde se pueden aprender pronto las costumbres locales, pero lo que no puede pasar desapercibido son, las ranas.
Ranas pequeñas y grandes. Ranas de piedra o de cualquier otro material. Ranas para adorno o para amuletos. Ranas a la entrada de un restaurante y ranas en una fuente. Ranas para monederos, bolsas y otros accesorios.
¿Por qué? Bueno, hay un río que surca el barrio y en él habita una importante colonia de dichos bichitos. En japonés se dice Kaeru que también significa volver por lo que podría decirse que los nipones tienen a las ranas como un amuleto de prosperidad. Algo muy parecido al amuleto Neko. Ese gatito que mueve la patita.
Y ya que estamos hablando de Japón y de ranas, también encontré por Internet una leyenda que se titula: La esposa rana.
Había un joven granjero que trabajaba muy duro desde el amanecer hasta el anochecer y cuando empezó a acercase la edad para casarse no pudo evitar el preguntarse si podría llegar a encontrar una mujer, puesto que su trabajo no le dejaba tiempo para nada, además, su esposa debía de compartir esa vida de trabajo.Al poco, un vecino le presento una preciosa joven alegre y muy trabajadora. Pronto se casarón y durante 13 años vivieron una vida de agradecido trabajo y felicidad.Un día su esposa le pidió permiso para regresar sola a su casa durante unos días para poder asistir al funeral de su padre, el no tenía ninguna razón para negarse, pero le empezó a preocupar la idea de que ella quisiera ir sola. ¿Por qué no quiere que conozca a su familia? ¿Se avergüenza de ellos o de mí? Estas preguntas invadieron el pensamiento del granjero hasta la partida de su esposa, al día siguiente. Se dio cuenta pronto de que ella nunca había contado nada de su familia y que no sabía nada de su pasado. Por todo esto, el granjero, decidió seguirla para poder hallar una respuesta a sus dudas y temores.Comenzó a viajar en una extraña dirección, no había ninguna casa o aldea por aquel sitio al que se pudiese llegar en unos días. Al llegar a un campo de arroz se detuvo y mientras, su marido le observaba escondido, ella dio un salto y desapareció en el aire. Lo único que se pudo ver fue algo pequeño y verde cayendo al agua en donde estaba antes su esposa, muy asustado salio corriendo a buscar pero solo encontró unas cuantas ranas croando.Después de un rato oyendo el croar de las ranas y cansado de esperar, lanzo una piedra al campo de arroz. Inmediatamente el croar de las ranas paro y, por alguna extraña razón, una sensación de pavor recorrió el cuerpo del granjero que empezó a correr hacía su casa.Al anochecer, su esposa llegó a casa y él le preguntó que si había pasado algo, que porque volvió tan pronto. Ella contesto que durante el funeral, una piedra cayó del cielo golpeando e hiriendo al sacerdote por lo que se tuvo que cancelar. Más nervioso incluso que antes el marido le confeso todo a su esposa, que le siguió y que lanzo la piedra.Ella muy entristecida le pregunto si eso era verdad y al responder su marido afirmativamente abrió la ventana y de un saltó salio por ella cayendo al suelo transformada en rana. Cuando el granjero quiso salir afuera, ella había desaparecido y nunca jamás volvió a verla.
Cierta o no esta leyenda o timo de Internet, espero que os haya gustado.
La manicura de esta semana es: Manchitas que mi cuñada me enseñó a hacer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
aaaaahhh cuando colocan estas curiosidades dan ganas de ir alla y verlas personalmente!!!! aveces me pregunto por que japon tiene que ser tan perfecto u.u
ResponderEliminar